LA PERCEPCIÓN. ¿CÓMO ENTENDEMOS LO QUE SUCEDE A
NUESTRO ALREDEDOR?
Hoy vamos a hablar un poco sobre mensajes y comunicación.
Vamos a hablar específicamente de cómo las personas perciben el mensaje que se
les está enviando. Vamos a hablar de PERCEPCIÓN.
Comenzaremos por definir que es la Percepción.
La percepción es uno de los aspectos más importantes
al estudiar la manera de Manejar Conflictos y de conducir una Negociación.
Podemos definir la percepción como el proceso
de desarrollar una interpretación a un estimulo.
O lo podríamos poner también en el sentido de
decidir exactamente qué significa ese estimulo para nosotros.
Esto es realmente muy, muy importante, es
crucial a la hora de manejar un conflicto o de intervenir en una negociación.
Veamos, podemos segregar esta importancia en
dos razones primordiales, primero, lo que la persona percibe es realmente lo
que va a afectar sus acciones y su comportamiento posterior.
Segundo, y lo que es realmente interesante de
entender, lo que la persona percibe no necesariamente tiene que ser verdad.
¿Por qué ocurre ésta situación?
Bien, el proceso de percibir es un proceso constructivo.
Las personas construyen sus propias interpretaciones de la realidad de manera
casi automática e inmediata, y este proceso se encuentra distorsionado por sus
creencias, modelos de referencia, educación, etc., etc.
Adicionalmente, el proceso de percepción posee
diferentes etapas. Las primeras dos etapas son: la etapa de atención y la etapa
de exposición al estimulo.
Antes de que una persona se pueda formar
cualquier clase de percepción, se necesita que la persona este expuesta al
estimulo, y se necesita que le preste atención a ese estimulo. Y sabemos que
este proceso se realiza bajo prejuicios dados por creencias, vivencias, educación,
cultura y todas las influencias que recibimos en nuestra formación como
adultos, incluyendo nuestras propias percepciones del mundo que nos rodea.
De hecho, nos exponemos a las cosas que están a
nuestro alrededor de manera consciente o de manera accidental, pero cuando lo
hacemos de manera consciente, en la mayoría de los casos nos exponemos en función
de lo que creemos, de lo que previamente creemos. Veamos un ejemplo:
Usted piensa que un sector de la ciudad no es
seguro para andar por allí. Por esa razón usted no va para ese sector de la
ciudad. Usted se trata de mantener lo más alejado posible de ese sector, por lo
tanto, usted no va a estar expuesto a algunas cosas que lo rodean, porque
usted, en base a sus creencias así lo decidió. Su creencia es que no es seguro
estar allí. Como resultado de ello, usted no tendrá la habilidad o posibilidad
de cambiar su percepción de esa parte de la ciudad, básicamente porque no se da
la posibilidad de colectar nueva información. En otras palabras, su exposición a
ciertas cosas que se encuentran a su alrededor es selectiva.
De manera similar, cuando usted no presta atención
a ciertas cosas, eso puede afectar su percepción. Por otra parte existen dos
tipos de atención, la atención voluntaria y la atención involuntaria.
La atención involuntaria es como una explosión,
usted va a prestar atención sin importar hacia adonde usted intenta dirigirla,
pero en el caso de la atención voluntaria, esta es selectiva, usted decide a
que prestar atención.
Es decir, tenemos la posibilidad de experimentar
una exposición selectiva y de una atención selectiva.
Eso quiere decir que no coleccionamos información
sobre cosas que podrían hacernos capaces de cambiar nuestra percepción. Esta es
una etapa inicial de la formación de prejuicios. La segunda etapa de formación de
prejuicios se sucede cuando estamos expuestos a algo y prestamos atención a
ello, entonces tenemos que formarnos nuestra propia interpretación de las cosas
y sabemos que nuestra interpretación de la información depende de lo que
creemos con anterioridad, de lo que tenemos en nuestra mente como marco de
referencia.
A manera de ejemplo, si observamos un debate
entre dos candidatos de diferentes partidos políticos, es interesante escuchar
a representantes de lado y lado que interpreten lo que ha pasado en el debate, y sabemos a priori que esas
interpretaciones están basadas en las creencias políticas particulares de cada
quien.
En resumen, somos expuestos a estímulos y nosotros
interpretamos esos estímulos en base a nuestras propias creencias anteriores,
como resultado de esto, las percepciones son construidas con prejuicios y por
ello, no necesariamente representan lo que es verdad.
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