¿Cómo
combatir el engaño en la política?
En base a lo
que nos esta ocurriendo como país, y sobre todo como sociedad últimamente, este
pequeño trabajo, el cual me voy a permitir entregar en varias partes, porque
creo que no voy a poder resumirlo en una sola entrega, se va a referir a varias
de las diversas implicaciones que nos afectan, desde el punto de vista de la
sociología política y de la ciencias políticas. Comencemos.
En Venezuela
hemos vivido casi 19 años, casi toda una generación, en la cual el régimen
dominante nos ha sometido a una constante lluvia de promesas demagógicas que
han resultado en una inmensa cantidad de mentiras, ahora, será cierto que a
nosotros, como sociedad nos interesa que
nos digan la verdad. La pregunta sería:
¿Por qué la
verdad en materia de política nos importa, si acaso eso es cierto? En la “Verdad
y veracidad” y también en “Al principio era la escritura”, Bernard
Williams sugiere que esta pregunta esta mejor respondida en lo que él llama
"el argumento anti-tiranía" (ATA):
Precisamente
debido a sus peculiares poderes y oportunidades, los gobiernos están dispuestos
a cometer acciones ilegítimas que se desean ocultar, como también para ocultar
acciones incompetentes. Redunda en beneficio de los ciudadanos que estas acciones
puedan verificarse. No pueden ser comprobados sin información veraz. [1]
Williams
acota que el ATA destaca como una de las mejores explicaciones para la
importancia de la verdad en política, comparándolo favorablemente con
argumentos democráticos y liberales más moralistas. Al mismo tiempo, sin
embargo, él autor parece algo pesimista acerca de su aplicación. Este pesimismo
se debe a dos razones. En primer lugar, en la verdad y la veracidad, él
sospecha que el ATA puede ser solo un poco más de lo que sería estar predicando
a los conversos. “Los Tiranos no quedarán impresionados por él, y las víctimas
no necesitan ser impresionadas'. [2] en segundo lugar, en “Al principio era
la escritura”, Williams sugiere que, mientras que el ATA puede generar una
especie de demanda pública por conocer la verdad en casos donde los potenciales
abusos de poder están en juego, no está claro que su ámbito de aplicación se
extiende más allá de esto. [3] Los agentes políticos emplean a menudo el engaño
para fines distintos de ocultar la tiranía, y muchos ciudadanos carecen de la
capacidad y el entusiasmo para la participación política que sería necesaria
para generar un interés inmediato en conocer
la verdad en la política, que se extiende más allá de esto. [4]
En este
artículo, tengo tres objetivos. En primer lugar, me dirijo a la primera
preocupación de Williams, demostrando que el ATA es considerablemente más útil
de lo que él pensaba. Tenía sin duda razón al sostener que prácticamente todo
el mundo que no sean tiranos no necesitan convencer a nadie que la tiranía es
algo malo. La importancia del ATA, sin embargo, radica en el hecho de que se
identifica la ocultación de la tiranía como lo que el engaño político hace problemático,
en comparación con, digamos, la violación de una cierta norma moral. [5] puesto que puede haber actos de engaño
político que no ocultan la tiranía, los ciudadanos que aplican el ATA deben
llevar a cabo un cierto tipo de análisis de las circunstancias que rodean un
acto de engaño político, para determinar si este acto, en realidad, oculta la
tiranía.
En segundo
lugar, sostengo que el hecho de que la aplicación del ATA requiere de este tipo
de análisis político le da una ventaja modesta, pero importante, sobre otros
argumentos de peso para la importancia del uso de la veracidad en la política.
En tercer
lugar, respondo a la segunda preocupación de Williams, de que el ATA no podría
encontrar nada problemático sobre actos de engaño político que no ocultan
tiranía, concentrándose así en la manera en que puede cambiar la comprensión
que la sociedad posee de la tiranía. Aunque el ATA no da a los ciudadanos
ninguna razón para oponerse a los gobiernos que ocultan una acción no-tiránica,
puede darles razones para animar a sus conciudadanos a revisar su comprensión
de la tiranía, para que la acción en cuestión se convierta en tiránica como
resultado.
En la
segunda sección, ofreceré un breve resumen del ATA. En la tercera sección,
sostengo que cualquier argumento de la importancia de la verdad en política
debe ocuparse, ante todo, de su aplicabilidad para los ciudadanos, a diferencia
de los políticos y los agentes del gobierno. La tercera, cuarta y quinta
secciones apuntan en dirección de lograr de mis tres objetivos respectivamente.
La sexta sección concluye todo el trabajo.
Mañana
continuaremos.
[1]
Bernard Williams, la verdad y la veracidad
(Princeton: Princeton University Press, 2002), 207; En el principio era la
escritura (Princeton: Princeton University Press, 2005), 157.
[4]
Williams, en el principio era la escritura,
162-163. Permiten que uno pueda interpretar a Williams aquí como una cuestión
general acerca de la ausencia de buenas razones para sostener que los
ciudadanos tienen un amplio interés en la verdad en la política, en lugar de
preocupación acerca del ATA. Supongo, sin embargo, que muchos de nosotros sería
preocuparnos por una discusión de la importancia de la veracidad en la política
que estaba severamente limitada en su alcance. Por lo tanto, si los lectores
creen que Williams no está haciendo este punto como una forma de criticar la
ATA, invitarlos a considerar esto como una objeción importante digno de
consideración.
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