NEGOCIANDO CON MENTIROSOS
A propósito del inicio de
las reuniones preparatorias para el proceso de Diálogo entre el Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela y los miembros de la mayoría de los partidos de
oposición que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), me viene a la
memoria un articulo publicado en la prestigiosa publicación Harvard Business
Review sobre “Negociaciones con personas Mentirosas”.
En este articulo escrito por
la Profesora Lesley K. John, nos habla acerca de una serie de investigaciones
muy sólidas y robustas en el campo de la Psicología social que nos indican que
la gente miente…y suele mentir más a menudo de lo que generalmente nos
imaginamos.
Adicionalmente, estas
investigaciones nos indican que la gente miente, en promedio, una o dos veces
al día. Y los negociadores no son la excepción.
A juzgar por estudios
realizados entre 1999 y el 2005, aproximadamente la mitad de las personas que
se encuentran en un proceso de negociación mienten cuando encuentran un motivo
y una oportunidad para hacerlo. Típicamente lo ven como una forma para obtener
ventajas sobre los otros, aunque en realidad este tipo de actuaciones pueden
causar reacciones adversas en el proceso creativo de buscar soluciones que
deberían estar signadas bajo la premisa de Ganar-Ganar.
El engaño, es pues, uno de los Intangibles que
los negociadores deberían tener presente, y por ello, estar preparados para
ello es una responsabilidad inherente en este tipo de situaciones.
Muchas personas asumen que
la solución es mejorar la detección del engaño, debido a que existe
popularmente la noción de que podemos detectar el engaño, ya que estamos
capacitados para observar pequeñas señales sutiles de conducta en los “mentirosos”, tal como
“bluffear” en un juego de póquer. Esta situación se ha hecho aún más creíble
cuando se han esparcido infinidades de artículos y libros sobre Programación
Neuro Lingüística, en los cuales se señalan una serie de indicios por los
cuales podemos detectar cuando una persona está mintiendo. Pero la evidencia empírica
no apoya la idea de que seamos capaces de detectar esas señales de la manera
como nosotros lo creemos. Un metanálisis (un estudio de estudios) encontró que
las personas solo pueden identificar correctamente si alguien está diciendo una
mentira solamente el 54% de las veces -No mucho mejores probabilidades que las
que tenemos para adivinar de que lado cae una moneda al tirarla dando vueltas
en el aire-.
Incluso el polígrafo, -una
tecnología diseñada específicamente para detectar mentiras en un ambiente
controlado-, está plagada de problemas y llega a la conclusión equivocada cerca
de un tercio de las veces.
Los seres humanos somos
particularmente ineptos en reconocer las mentiras que están envueltas en la
adulación; por ejemplo, la promesa de su jefe de que una promoción podría venir
cualquier día; o la garantía del proveedor de que su pedido es su máxima
prioridad. Nuestros cerebros fueron cableados para aceptar fácilmente la
información que se ajusta a nuestras suposiciones o esperanzas preexistentes.
Pero, ¿Hay algo que podamos
hacer para asegurarnos de que nos estén engañado en una negociación?
Sí, si nos enfocamos en Prevención en lugar de
Detección.
Existen varias estrategias
que pueden ayudarnos a mantener dentro del proceso de negociación
conversaciones de manera tal que se le haga más difícil para su contraparte mentir.
Aunque estos métodos no son a prueba de fallos, nos dejarán mejor posicionados
en la negociación y nos ayudan a crear el máximo valor.
1.- Fomentar la reciprocidad
Los seres humanos tienen una
fuerte inclinación para intercambiar información si hacemos pequeñas revelaciones:
Cuando alguien comparte información confidencial con nosotros, nuestro instinto
es igualar su transparencia. De hecho, simplemente decirle a la gente que
otros, incluso desconocidos, han revelado secretos, alienta la reciprocidad. En
una serie de los estudios que se realizaron con Alessandro Acquisti, George Loewenstein
y con la Profesora John, los investigadores presentaron a los lectores del New
York Times con una lista de comportamientos poco éticos, tales como un reclamo
de seguro falso y hacer trampa en su declaración de impuestos. Las personas que
dijeron que "la mayoría de los demás participantes" había admitido
que hacía esas cosas, presentó un 27% más de probabilidades de revelar que había
hecho lo mismo que las personas a las cuales se les dijo que sólo unos pocos otros había hecho tales
admisiones.
La reciprocidad es
particularmente pronunciada cuando se realiza en situaciones de interacciones cara
a cara. En experimentos llevados por
separado por Arthur Aron y Constantino Sedikides, participantes emparejados al
azar, que trabajaron su camino a través de una serie de preguntas diseñadas
para obtener la auto-revelación tenían más probabilidades de ser amigos, que aquellos
que eran parejas pero que no fueron dirigidos hacia “manifestarse secretos”
entre ellos.
Otra investigación,
realizada por Maurice Schweitzer y Rachel Croson, muestra que la gente miente
menos a quienes ellos conocen y tienen confianza, que a los extraños.
Una buena manera de lograr
la reciprocidad es revelar alguna información sobre un tema de importancia
estratégica, ya que su contraparte es probable que posea información de la misma
categoría. Por ejemplo, imagínese que están vendiendo un lote de terreno. El
precio dependerá de cómo se han desarrollado los lotes a su alrrededor. Así que
puede decirle a un comprador potencial que desea vender el terreno para el
mejor uso. Esto podría obligarlo a revelar sus planes; como mínimo, está usted animando
al otro a llevar a cabo una conversación sobre sus propios intereses, lo cual
es crítico para crear beneficios mutuos, o para tener una mejor oferta. Esta
estrategia tiene el beneficio de dejarle enmarcar el rumbo de la Negociación,
que puede mejorar sus posibilidades de encontrar avances.
2.- Haga las preguntas
correctas
A la mayoría de la gente le
gusta pensar en ellos mismos como personas Honestas. Sin embargo, muchos
de los negociadores guardan información
que podría socavar su posición competitiva. En otras palabras, estarán diciendo
mentiras por omisión, fallando de manera
voluntaria al omitir hechos pertinentes.
Por ejemplo, considere un individuo que está vendiendo su negocio pero sabe que
un equipo vital de ese negocio necesita ser reemplazado. Este es un problema
que podría ser un problema imperceptible para los extraños. Aunque puede
parecer poco ético para él retener esa información, pero él puede sentir que
simplemente evitando el tema, puede cobrar un precio más alto manteniendo su
integridad.
"Si el comprador me
hubiera pedido, Habría dicho la verdad! ", Podría insistir.
Por eso es que es tan
importante probar a los otros negociadores con las preguntas correctas.
Schweitzer y Croson encontraron que el 61% de
los negociadores ofrecieron la información correcta cuando se le preguntó
acerca de la información que debilitó su poder de negociación, en comparación
con el 0% de los no solicitados.
Desafortunadamente, esta
táctica puede ser contraproducente. En el mismo experimento, el 39% de Negociadores
que fueron cuestionados sobre la información en última instancia, mintió.
Pero usted puede ir por el
camino más largo hacia la obtención de la información adecuada, evitando ese
resultado, ser engañado, mediante la realización de consultas con el tipo de preguntas correctas, efectuadas con
sumo cuidado.
Una Investigación de Julia Minson,
Nicole Ruedy y Schweitzer, indica que los seres humanos son sumamente ineptos
para reconocer mentiras que están envueltas en adulaciones. Estamos conectados
a aceptar fácilmente la información que cumple con nuestras suposiciones o
esperanzas preexistentes.
La tendencia entre los
humanos es a mentir si los que hacen la pregunta se vuelven pesimistas, por
ejemplo: Hipótesis (“Este negocio necesitará de algún equipo nuevo pronto,
¿verdad? ")
En lugar de optimistas (“El
equipo está en buenas condiciones, ¿verdad? ").
Parece ser más fácil para
las personas mentir afirmando una afirmación falsa que negando una afirmación
verdadera.
3.- Poder observar las
respuestas esquivas.
Las contrapartes conocedoras
de su oficio suelen esquivar las preguntas directas respondiendo no a lo que se
les preguntó, sino a lo qué quisieran que se les hubiera preguntado. Esta es
una típica reacción de los personajes políticos cuando se les hace una pregunta
comprometedora. Y, desafortunadamente, no estamos naturalmente dotados para
detectar este tipo de respuestas evasivas.
Como Todd Rogers y Michael
Norton han encontrado, quienes actúan como oyentes generalmente no se dan
cuenta de las respuestas esquivas, a menudo simplemente porque han olvidado de lo que preguntaron
originalmente. De hecho, los Investigadores descubrieron que las personas están
más impresionadas por las personas elocuentes, que por las respuestas que se
dan, aunque están sean relevantes pero inarticuladas.
La capacidad de detección de
“esquivar” se mejora, cuando los oyentes mejoran la capacidad de recordar las preguntas
-por ejemplo, cuando esta se hace visible; En una Negociación, por lo tanto, es una buena
idea de venir a la mesa con una lista de preguntas, dejando espacio para anotar
las respuestas de su contraparte. Tomar tiempo después de cada respuesta para
considerar si realmente proporcionó la información que se buscaba. Sólo cuando
la respuesta a esa pregunta es sí" se debe pasar a la siguiente pregunta.
4.- No se esfuerce en
completar acuerdos de pura Confidencialidad.
Varias investigaciones muestran
que cuando nos esforzamos para asegurar a otros que vamos a mantener su
privacidad y confidencialidad, esto podría realmente levantar sus sospechas, haciendo
que los demás se encierren dentro de sí, y de esa manera compartir menos
información. Ya en los años setenta, El Consejo Nacional de Investigación en
los Estados Unidos de Norteamérica, había
documentado esta paradoja con participantes potenciales de una encuesta: A mayores
las promesas de protección, las personas se muestran menos dispuestas a responder.
Esta relación se estableció en una investigación experimental. En estudios
realizados por Eleanor Singer, Hans-Jürgen Hippler y Norbert Schwarz, por
ejemplo, menos de la mitad de las personas que recibieron un acuerdo de
confidencialidad acordado para completar una encuesta inofensiva, mientras que
alrededor del 75% de los dicha garantía aceptó hacerlo.
Mis colegas y yo hemos descubierto,
manifiesta la Dra. John, que la privacidad si se hace demasiado fuerte, también pueden
aumentar las posibilidades de mentiras. Además, hemos encontrado, continúa la
Dra. John, que cuando las preguntas se plantean en un tono más que formal, es
más probable que las personas divulguen información sensible. Imagínese que están
negociando una oferta de trabajo con un empleado potencial y le gustaría tener
información para poder evaluar la fuerza de sus otras opciones. Es probable que sea más fácil conocer la
información adecuada si evita o al menos minimiza las garantías de
confidencialidad Y en su lugar preguntar: "Todos sabemos que hay toneladas
de Grandes empresas por ahí. ¿Existe alguna posibilidad de que podría usted estar
considerando otros lugares de trabajo? "
Por supuesto, usted debe
todavía correctamente proteger cualquier información confidencial que usted
recibe, pero no hay razón para anunciar esto a menos que se le pregunte.
5.- Tratar de incentivar las
fugas de información
La gente inadvertidamente
filtra información, esto ocurre de muy diversas formas y maneras, incluyéndolo a usted en sus propias
preguntas. Por ejemplo, supongamos usted es el encargado de la adquisición de
una empresa y está a punto de firmar un contrato con un proveedor que prometió
entregar mercancías dentro de seis meses. Antes de firmar, el proveedor hace la
siguiente pregunta: ¿Qué sucede en caso de entrega tardía? La pregunta podría
ser inocente, pero también podría ser muy interesante. El proveedor se preocupa
por cumplir con el horario. Así que hay que prestar atención.
Cuando las personas pierden la
información tiende a ser precisa. Los negociadores astutos se dan cuenta de que
con EXPERIENCIA Se puede obtener un conocimiento valioso simplemente escuchando
todo lo que sus homólogos dicen, incluso cosas que son aparentemente extrañas o
desechables Comentarios -de la misma manera que Los interrogadores buscan
declaraciones de los sospechosos de delitos que incluyen hechos que no son conocidos
por el público. Incluso si su contraparte está determinado a retener
información, Usted todavía puede alentar la fuga de cualquier tipo de
información que pudiese ser relevante para su negociación.
En una serie de
experimentos, mis colaboradores y yo, continua explicando la profesora John,
encontramos que las personas son mucho
más propensas a dejar escapar Información sobre su verdadero compromiso, en
comportamientos sensibles acerca de lo que ellos mismos son, para divulgarla
explícitamente.
En un estudio, probamos a
los lectores del New York Times sobre asuntos como mentir sobre sus propios
ingresos. Les preguntamos directamente a las personas en un grupo si alguna vez
habían realizado algunas actividades específicas. Para ello, nosotros tomamos un
enfoque indirecto con el otro grupo, pidiendo a los participantes su opinión
sobre la ética de los distintos comportamientos usando una de las dos escalas
-una escala si Ellos mismos habían participado en ese tipo de comportamientos y
una escala diferente si no lo habían realizado. Los participantes en este
último Grupo resultaron aproximadamente 1,5 veces con mayor probabilidad de admitir (tácitamente) un mal
comportamiento que aquellos a los cuales se les preguntó directamente acerca de
su conducta.
En una negociación, puede
utilizar tácticas indirectas similares para obtener Información. Por ejemplo, si
ofrecemos a la Contraparte una elección entre dos paquetes -dos formas posibles
de dividir los despojos, por ejemplo- siendo ambos aceptables para usted, si la
contraparte expresa una preferencia marcada por uno de los paquetes mucho más que
por el otro, está filtrando información sobre sus prioridades, y esto podría darle
una valoración relativa a las cuestiones pendientes por culminar dentro de la
negociación.
Aquí hay una estrategia más
que podría alentar a su contraparte para mostrar inadvertidamente su mano: Solicitar
cláusulas de contingencia sobre consecuencias
financieras para sus afirmaciones. Si la contraparte se resiste a aceptar este
tipo de clausulas, puede ser porque ella este mintiendo sobre sus propias
afirmaciones. Como mínimo, una reacción suya deberá ser realizar un sondeo más
profundo acerca de lo que su contraparte está afirmando. Supongamos, por
ejemplo, que su lado está negociando la adquisición de una pequeña start-up, su
contraparte le da proyecciones de venta que le parecen demasiado optimistas, o
incluso imposibles. Usted podría proponer una cláusula de contingencia que ataría
el precio de adquisición al nivel de ventas alcanzado en un tiempo determinado.
Eso podría motivar a su contraparte a proporcionar proyecciones de ventas
realistas y lo protegería a usted si la contraparte estaba equivocada.
Las buenas noticias Es que
el despliegue de la ciencia respalda las estrategias, y estas pueden avanzar
mucho más rápido sacando lo mejor de las negociaciones-
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