Los conflictos en si, no son ni buenos ni malos. Simplemente son parte inevitable y natural en las relaciones humanas. Por eso, algunas veces, tenemos conflictos en nuestras casas. Ahora bien, ¿que debemos hacer?
Si sabemos manejar estos conflictos que a veces ocurren en nuestros hogares, si los sabemos manejar adecuadamente, pueden producir efectos muy benéficos.
El conflicto bien manejado puede ser un elemento muy útil para el proceso de crecimiento del individuo, por ejemplo, nuestros hijos, como de todo el grupo familiar.
Vivir feliz con el conflicto contribuye al crecimiento individual y a formar unas relaciones interpersonales muy maduras y productivas.
Desde niños se nos ha inculcado de muchas formas que para poder ganar es necesario que el adversario pierda; lo que denominaremos la estrategia de Yo gano-Tu pierdes; quizás utilizada por la gran mayoría de las personas. Es aun peor, en caso de que yo no pueda ganar, procuro que al menos mi "adversario" tampoco gane; en este caso ambos perdemos:Yo pierdo-Tu pierdes. No es frecuente, pero, pero puede ocurrir, en el caso de una personalidad excesivamente pasiva, que para evitarse problemas, optara por una tercera estrategia: Yo pierdo-Tu ganas.
La estrategia que recomendamos es otra, una cuarta posibilidad. Yo gano-Tu ganas. Es la que recomiendan los autores como Roger Fisher y William Ury, promotores del reconocido proyecto de negociación de Harvard, aplicable a todos los niveles de conflicto.
Este cuarto método recomienda cuatro aspectos fundamentales:
1.-Separar las personas de los problemas.
2.-Centrar la negociación sobre los intereses, no sobre las posiciones.
3.-Encontrar opciones que conduzcan a ganancias mutuas.
4.-Insistir en el uso de criterios objetivos.
Recuerda, que lo mejor que podemos hacer para resolver los conflictos es:
-Lograr una solución que satisfaga necesidades y metas de los involucrados.
-Conservar una relación apropiada entre las partes; recuerde, si el conflicto esta sucediendo en su casa,a todos los involucrados les interesa una relación de máxima importancia.
jueves, 21 de julio de 2016
jueves, 14 de julio de 2016
¿Cómo evitar conflictos en casa? Comencemos por tratar de aprender a ser padres.
Una de las tareas más difíciles que tenemos los seres humanos, y que lamentablemente, la mayoría de nosotros no recibimos la educación ni la instrucción adecuada para ello, es la de ser Padres.
Una gran cantidad de hombres y mujeres aprendemos a ser padres sobre la marcha. Nos casamos, tenemos hijos y allí empezamos a aprender. En cualquier otra profesión, nuestro empleador nos exige algunas habilidades y capacidades que por supuesto deben estar certificadas. Para ser padres no existe nada de esto. Corre por nuestra propia cuenta tratar de convertirnos en los mejores padres, sin haber realizado ningún curso para ello.
Vamos a comenzar por el principio. Cuando nuestros hijos son pequeños y aun no ha aprendido bien las normas y las reglas de la casa y de la sociedad, es necesario que los llevemos de la mano, hacer que se dejen guiar y que nos obedezcan. En esta etapa, los hijos pueden tener muchos amigos, pero solo nosotros, los padres, somos los responsables de protegerlos, orientarlos y formarlos y ellos cuentan con nosotros para ello.
Una gran cantidad de hombres y mujeres aprendemos a ser padres sobre la marcha. Nos casamos, tenemos hijos y allí empezamos a aprender. En cualquier otra profesión, nuestro empleador nos exige algunas habilidades y capacidades que por supuesto deben estar certificadas. Para ser padres no existe nada de esto. Corre por nuestra propia cuenta tratar de convertirnos en los mejores padres, sin haber realizado ningún curso para ello.
Vamos a comenzar por el principio. Cuando nuestros hijos son pequeños y aun no ha aprendido bien las normas y las reglas de la casa y de la sociedad, es necesario que los llevemos de la mano, hacer que se dejen guiar y que nos obedezcan. En esta etapa, los hijos pueden tener muchos amigos, pero solo nosotros, los padres, somos los responsables de protegerlos, orientarlos y formarlos y ellos cuentan con nosotros para ello.
Cuando
le decimos a nuestros hijos o hijas. “ten cuidado al cruzar la calle”, o “no
hagas eso”, estamos tratando de proteger sus vidas. Cada vez que le damos una
voz de alerta, le hacemos una llamada de atención, e incluso un castigo, no
solo resulta conveniente, sino que también es necesario para ayudarlos a formar
su propio criterio, para que sepan distinguir entre el bien y el mal y de ese
modo irse preparando paso a paso para andar en el mundo por si solos, sin
necesidad de ayuda.
Durante todos estos años hemos sido los héroes
de nuestros hijos, y también el símbolo de la autoridad. Ese constante estira y
encoge, tan importante para su educación, los preparan para que puedan valerse
por sí mismos y aprendan a ser unas personas responsables.
Como
resultado de todo este proceso educativo los hijos durante la adolescencia
quieren volar solos. Nosotros hicimos lo mismo. Entonces, ¿Por qué tiene que
asustarnos su comportamiento cuando nos cuestionan y no tenemos suficientes
argumentos?, ¿Por qué nos quejamos cuando quieran demostrarnos que son capaces
de tomar sus propias decisiones?, ¿Por qué nos extraña que quieran ser ellos
mismos y deseen mayor libertad?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)